Son inútiles todos los intentos que hago por dejar de pensar, por dejar de sentir... Siento una presión en el pecho todo el tiempo que no me deja respirar y me recuerda cada momento quién soy y en dónde estoy, aunque la verdad, es que ya no sé quién soy.
Escucho mis palabras como si fueran una fuga de agua, gotas incansables que no dejan de salir, que no dejan de sonar... no encuentro la herramienta para repararla.
Tantas palabras no caben en mi mente ni tantos sentimientos en mi cuerpo, no sé cómo ordenar ninguno de los dos... ¿Qué hacer cuando se siente tanto y la única voz que escucha eso es el silencio? ¿Qué hacer cuando se dice tanto y el único sentimiento que queda es de inutilidad?
Se terminaron de caer los pétalos; una flor en agua se muere, se olvida, es pasajera... una flor en tierra retoña, tiene raíces, se cuida más.
No dejo de ver mis flores de algodón, son 'insecables', no necesitan ni agua ni tierra, no están en un jarrón... me gustaría ser una de ellas, me gustaría vivir sin saber que terminaré en el suelo, me gustaría saber que no pueden regalarme. Me gustaría ser más.
La pregunta de algodón: ¿Sé más de lo que debería?
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