Mostrando entradas con la etiqueta compromiso. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta compromiso. Mostrar todas las entradas

jueves, 29 de marzo de 2018

Palabras.

'Un hecho vale más que mil palabras'... ¿Tu primer pensamiento fue un: 'sí, por supuesto?

He pensado mucho sobre el tema ya que en innumerables ocasiones me han inundado de palabras sin hechos o acciones a medias  y no, no es algo que me guste, quiera y -mucho menos-, disfrute.

Esa enclavada afirmación (conveniente a mi punto de vista), ha generado palabras perezosas, comodinas y sin una intención genuina de ser dichas, pues al final, todo se resume 'a los hechos'.

No, para mí es rotundo no.

Las palabras tienen el mismo valor y el mismo peso que las acciones. Cuando llegan a los oídos de alguien, literalmente entran a esa persona y comienzan a hacer de las suyas. Una palabra puede cambiar el mundo de alguien, para bien o para mal, así de poderosas son.

Las palabras son la antesala de tus actos y preparan el terreno... Las palabras pueden abrazar y hacerte cosquillas, incluso pueden perdonar, pero también te pueden apuñalar.

Hablar sólo por hablar, decir sólo por decir, total, mañana ya se olvidó... No, no se olvidan, retumban igual (incluso a veces más) que la acción.

Las palabras importan, y mucho... Las debemos cuidar, no desperdiciar. Las palabras implican compromiso y mucha, mucha atención.

miércoles, 8 de diciembre de 2010

Caminos cruzados.

Es algo inevitable, algo que no se puede controlar ni decidir... cuando tienes que estar con una persona terminas estando con esa persona a pesar de todo, de las circunstancias, de las decisiones, de los pensamientos y de las emociones; la vida te va orillando a la gente que te va a ayudar a crecer y a la que tú le ayudarás a crecer, no hay de otra.

En últimas fechas me he dado cuenta del poco valor que tiene el tiempo, sí, ese tiempo del tic tac, el de las manecillas, el incansable... ¿Qué es un mes? ¿O dos o tres? ¿Qué es un día? ¿Una hora? ¿Importa? Para mí no, no sé cuánto es un mes, o dos, o tres cuando cada día es una aventura diferente, emociones en un elevador, sensaciones atemporales.

Soy feliz, siento que estoy en donde debo estar con quien debo estar, no con un minuto más ni con uno menos, sólo así, estando, disfrutando, riendo, compartiendo, queriendo, amando, escuchando, aprendiendo... creo que a eso venimos todos, nadie vino a hacerlo por los demás; al final del camino nadie te lo agradecerá y habrás perdido -no tiempo-, vida.

Quisiera seguir escribiendo en este libro y lo seguiré haciendo... pretendo que sea todo un best seller, un premio nobel, mi cuento favorito.

La pregunta cruzada: ¿Cuánto falta?

domingo, 25 de abril de 2010

Prado Churubusco.

Como cada fin de semana estoy entusiasmada por ver a mis abuelos, hoy más... Hoy llegaré a abrazarlos y a besarlos más. Ya quiero que me cuenten qué han hecho, cómo van las clases de piano y sentir la única sazón de la abuela... seguro preparó arroz con leche o capirotada.


Si algo me llena de vida, alegría y energía es llegar a ese número 77 y oler ese aroma característico de esa casa... a experiencia y sabiduría, escuchar el piano, acostarme en el pasto, asaltar la alacena y el refri, tomar Jarrito de mandarina y comer helado de nuez... Amo sentir Le Baiser du Dragon de Cartier en mi abuela y ver los libros de Matemáticas y Física de mi abuelo.

Llegando ahí siempre se me cambia el chip, cualquier malestar que pudiera tener en la bolsa del pantalón se queda en la calle, es increíble lo bien que la puedo pasar en ese lugar, lo tranquila que puedo estar, creo que debo trasladar ese estado a cada día.



Ellos son completamente mágicos y cómo no lo serán con 90/ 91 años de edad y 70 de casados, conocen perfectamente cada detalle del otro, se respetan como nunca he visto que alguien más lo haga...

Dos ejemplos exquisitos para mí: mi abuelo sin falta le sigue depositando a mi abuela cada mes, no le puede faltar absolutamente nada... la procura y no pierde oportunidad para demostrarle lo que ella significa para él... Mi abuela, por su parte, no permite que mi abuelo la vea ni un poco desarreglada; aún en el hospital no dejaba que mi abuelo entrara sin antes polvearse la nariz y ponerse un poco de lipstick, la 'tenía que encontrar bonita'...

Justo ese compromiso es el que se vibra llegando a su casa, una entrega que se extiende a cualquiera que vaya... siempre con una sonrisa y, por supuesto, a la nieta consentida la hacen sentir brutalmente amada... Y yo que me desgasto y pierdo la sonrisa por tonterías!!!

Exactamente por eso es que aún creo en muchas cosas, creo en la gente y creo que hay gente buena; y me encanta hacerlo y sé que la seguiré encontrando...
La pregunta de la prado: ¿A dónde los llevo de viaje?

miércoles, 24 de diciembre de 2008

Decisión...

Luego de un día perfecto, donde todo salió como debía salir, mientras charlaba en el bar de sanborns con dos de mis almas gemelas, he tomado una decisión... así es, por fin y después de mucho luchar conmigo mismo creo que llegó el momento... Lo he pensado mucho y sí, creo que es lo mejor. Ya no puedo seguir así, ya no quiero seguir así; esto me trae mal con todo y con todos, estoy mal conmigo y con eso basta y sobra, ya no quiero...

Lejana y cuasi invisible aún queda un suspiro de esperanza, algo que me dice que siga, que lo haga, que existe aún... sólo por eso lo hago, aunque el miedo me pone muy mal, dicen que el que no arriesga no gana, quiero arriesgarlo todo aunque me quede sin nada, quiero demostrarme que no lo hice mal y que sí existe eso que tanto quiero, quiero volver a sentir ese control, ese totalidad en mí...

Tal vez no debiera esperar, pero creo que ahora es el momento en el que todo podría ser perfecto, en el que yo podría ser quien soy sin fingir, ni reprimir, ni tratar... me emociona y a la vez me estresa, no sé qué es lo que el destino tiene preparado para mí y me encantaría saberlo, daría un pollo, dos, cinco, la granja entera por saberlo, al menos por tener la suficiente valentía y fuerza para decir YA! Es lo único que necesito, dar ese pasito más allá...

La pregunta decisiva: ¿En verdad lo haré?

domingo, 10 de agosto de 2008

Pidieron mi mano



Luego de un sábado bastante malo, tal como lo auguré el viernes estoy de reflexiva, pensativa y esas cosas que no llevan a ningún lado...

Tengo muchísimo trabajo que he hecho a lo largo del día pero que aún no termino, escribo y pienso, me muerdo los pellejitos de los dedos, vuelvo a pensar y me pierdo viendo la pantalla... Comienzo a contabilizar las horas que me quedan para terminar y aún es buen tiempo, claro, resignándome a no dormir... el tamaño de mis uñas ya no es suficiente para seguir mordiéndolas y vuelvo a pensar.

Pidieron mi mano, estoy comprometida con anillo carísimo en el dedo anular y toda la cosa... ¿el afortunado? un chico que he visto 2 veces en mi vida por un par de horas, y aunque me cayó bastante bien desde que lo conocí y me ha tratado de maravilla, la verdad creo que no es pa tanto.
 

Estoy 
muy confundida pero feliz, raro porque eso del ideal del casorio lo dejé en la relación del koala. Todos están felices por mí, al parecer este chico -de nombre Leonel- es un gran partido. Mis padres hablaron conmigo, me dijeron con tristeza en su mirada que era la mejor decisión, que él se veía muy enamorado, que me amaba y que me haría muy feliz... Yo acepté casi inmediatamente luego de que me dieron el anillo, fue en un viaje en globo que hicimos en Querétaro, la emoción no me cabía en el cuerpo.

Finalmente ahora seré completamente feliz, ahora podré compartir absolutamente todo de mí con alguien que me ama, me respeta, me admira, me apoya y muchas cosas más. ¿No es lo que todo el mundo busca?

Ahora estoy con todos los preparativos del bodorrio, el vestido, las invitaciones, el menú... La boda será en Cuernavaca o algún lugar de esos, en un jardín, los dos lo decidimos y no será cualquier boda, será LA BODA, invitaremos a todos nuestros amigos y familia... Estoy feliz, pero algo me tiene intranquila, a disgusto, podría decir que triste...

La pregunta de este post antes de que diga 'sí, acepto' es: ¿Por qué desde niña he soñado cosas tan bizarras?