jueves, 18 de febrero de 2010

Anger.

De esos días en los que ves todo lo que no querías ver y sólo sientes que tu cuerpo comienza a hablar, las mandíbulas comienzan a correr y la sangre a espesarse. AHHHHHHHHHHHHHHH sólo quiero golpear mi almohada (qué conveniente) hasta sacarle la última pluma.


Siento un descontrol total de mí. Recuerdo tanto y sigo sin poder creer tanto; tengo ese coraje que pocas veces se huele.

La pregunta rabiosa: ¿Será como en el libro?

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