jueves, 19 de marzo de 2009

Magia...


Así, como por arte de magia, hoy llegó un genio (que no estoy segura que haya salido de una lámpara) y me concedió tres deseos...

Ahora ya tengo espejo en la puerta de mi closet, sí, quedó un poco inclinado a la izquierda, pero el auto adherible que traía impide despegarlo y recolocarlo de una manera centrada... no importa, estoy feliz porque ya tengo espejo grandote para verme mejor... He ahí mi primer deseo.

Hacerme saber que no estoy sola y recordarme que los abrazos -aunque tardíos- siempre llegan, fue mi segundo deseo... lo mejor es que no vienen solos, traen a las palabras de acompañantes y a la risa de conductor... Lo fue, un segundo gran deseo.

Dejo atrás los vasos de plástico y doy la bienvenida a cuatro preciosos vasos de vidrio (en realidad yo sólo hubiera querido dos, pero ante la insistencia qué hace uno)... no es ni mi refri, ni la estufa, ni el microwave, ni una cajonera, ni una sala, pero son cuatro preciosos vasos de vidrio que hacen que sienta que tengo mi espacio ahora más completo, bello y feliz... Así completé el mágico tercer deseo.

Como buen acto de magia, todo en un instante desapareció... aquí vuelve de nuevo la realidad, los pensamientos, las especulaciones, los recuerdos y un par de almohadas naranjas en la madera... aquí está otra vez la realidad.

La pregunta mágica: ¿Por qué no existe el genio de la lámpara y me cumple sólo un deseo?

0 comentarios: