Me parece que el golpe en la cabeza me revolvió más las ideas, ahora todo me resulta asqueroso, de mal gusto y en verdad muy incómodo. Extrañamente Jacinto me ha ayudado a sacar mi demonios, me es muy difícil aún.
Todo me tiene de pésimo humor, estoy más vulnerable que nunca, toda la gente me cae mal, quisiera gritar y que todos se callaran, no quiero estar con nadie pero a la vez quisiera que me dijeran que todo va a pasar. Estando en la cruz roja, que por cierto fue una experiencia de lo más desagradable, me acordé de la gente que se preocuparía por mí en ese momento; pasaron algunas personas en mi cabeza y recordé a maicól, en esa ocasión en la que me estaba dando el telele, me acordé de lo bien que se siente sentirse apoyada, importante y segura.
Eran tantos sentimientos los que tenía en ese momento empezando por una necesidad de que llegara mi familia, de que llegara alguien a decirme que todo iba a estar bien y que no estaba sola, los doctores me preguntaban que si temblaba de frío o de nervios y yo no sabía qué responder. Alguien 'superior' como que escuchó esa necesidad y de repente me mandaron a un cuarto donde estaba una señora que se acercó, me tomó la mano y me preguntó mi nombre y me dijo 'tranquila Mirna, todo va a salir bien, no te preocupes, todo va a estar bien'.
Todo eso estaba acompañado de una culpa que hasta ahora no puedo dejar de sentir, nunca había estado tan enojada conmigo misma y no sé cómo remediarlo... Los días luego de ése fueron los peores y hasta ahora siguen así y no quiero...
La pregunta cicatrizada: ¿Alguien conoce a un implantólogo que cobre menos de 1000 USD el implante?