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martes, 19 de abril de 2011

Actos.

Como bien he posteado en entradas anteriores, la consciencia no ha sido mi fuerte desde bastante tiempo atrás... Por alguna razón que estoy tratando de descubrir, he sido un ser por demás inconsciente conmigo mismo y con los demás...

Estoy a punto de realizar el acto con más consciencia en mi vida, sin impulsos ni visceralidades... Tengo la consciencia a flor de piel y justo por eso lo estoy haciendo; por primera vez después de mucho tiempo tengo la mente clara, sé lo que quiero y hacia dónde voy... Qué triste que hasta ahora lo pueda ver, qué bendición que al fin lo vi...

Sé quién soy, conozco mis defectos y ahora conozco mis virtudes, los tengo claros en una hoja de papel y en cada centímetro de mi piel, sé quién soy y sé qué puedo dar y estoy feliz de descubrirlo... Además de eso tengo patitas flacas...

Ahora, a esperar...

La pregunta del acto: ¿Existe el tiempo?

jueves, 7 de enero de 2010

Inocente consciente


Luego de darle miles de vueltas a la cabeza y sentir el corazón, me di cuenta que hacía mucho tiempo no era consciente de los momentos tan escasos que busco para ser feliz, la mayoría del tiempo lo gastamos en esperar a que llegue y nos quedamos así, esperando.


Confieso que yo le he tenido mucho miedo a la felicidad y es taaaaaaan estúpido... sí, la felicidad llega en algún momento, es parte del equilibro 'natural' de la vida -creo y espero-, pero los momentos conscientes más felices que he tenido yo misma los he tijereteado de la manera más asesina... me da mucho miedo darme cuenta que soy inmensamente feliz.

Durante mi vida, la felicidad me ha dado inseguridad, no quiero que se vaya pero yo le abro la puerta y luego no entiendo por qué se salió... ¿no debería ser todo lo contrario? Debo comenzar a acostumbrarme a que puedo ser feliz, aunque este momento no creo que sea el momento.

Citando (y esperando no ser demandada por derechos de autor): "...es como si encontraras la pieza que falta del rompecabezas, la ves, queda perfecta y la tiras..." qué maldito y estúpido desperdicio!! ¿por qué tengo que hacer cosas que no quiero y que no me hacen feliz? lo peor es que sé al final de la carretera terminaré diciendo ¿y por qué carajos no me atreví?

El laberinto decía que en el centro encontraría la felicidad, se equivocó totalmente, yo la encontré durante todo el recorrido, estuvo ahí todo el tiempo.

La pregunta consciente: ¿Quiero ser feliz realmente?