Generalmente las relaciones personales, en cualquier rubro -familiar, personal, laboral, amistoso, sexual, masoquista, casual, etcétera-, se riegan con la constancia, el tiempo, el respeto, la confianza y sobre todo la tolerancia; esto por supuesto, si se quieren mantener.
No soy, ni lo seré y ni lo quiero ser, experta en este tipo de relaciones, no quiero llegar a un entendimiento total de ellas, ni quiero seguir un patrón conductual en cada relación que tenga. Me encanta personalizar las relaciones que tengo, con mis amigos y mis enemigos, con mi familia y mis vecinos, con conocidos y con quienes jamás he vuelto a ver... Me encanta ser la misma e irreconocible a la vez, me encanta equivocarme y pensar el clásico 'lo sabía', me encantan mis relaciones...
Muchos creen que 'la antigüedad' en cualquiera de estas relaciones es la base de las mismas, las fortalece, las nutre, las estabiliza... bah! Por favor, es lo más estúpido que he escuchado. En múltiples ocasiones he aplastado esta idea en el asfalto, y no me he equivocado... eso, no es necesario...
Si lo anterior fuera cierto, no estaría escribiendo este post. Si lo anterior fuera cierto ¿por qué puede existir una relación entre Nemecio y yo? ¿por qué a pesar de habernos visto sólo un par de veces en esta vida podemos hablar de nosotros sin temor a quedar bien? ¿por qué puedo invitarle una estadía en Chiles y Moles y confesar lo decidiosos que somos? ¿por qué escribe comments en la botica? ¿por qué no me importa saber que en realidad no lo conozco para contarle mi vida, mis sueños y mis estupideces? ¿por qué de 10 palabras que intercambio con él 7 son 'jajaja'? ¿por qué seguimos hablando?
Éstas son sólo algunas preguntas que llegan a mi cabeza, la verdad es que no me importa contestarlas... sólo sé que personas como Faustino, demuestran que el tiempo, la constancia y la frecuencia no sirven de mucho... no lo sé pero me agrada tener personas intermitentes como él dentro de mi historia, creo que me fortalecen mucho más...
Ahora él en Mayami dificulta más la visión de ambos, de todas maneras, ni nos veíamos... eso no impide que sigamos riendo, compartiendo, albureando, regañando, creciendo... eso es lo que en verdad importa...
La pregunta para Libertino: ¿Por qué nunca podemos vernos? ¿Por qué nunca queremos vernos?
