Hay días como ayer en donde estoy convencida de hacer lo correcto, hay días como hoy donde dudo hasta de mi nombre y hay días como mañana donde sé que haré lo que realmente quiero.
De repente llegan momentos a mi mente y todo lo 'bueno' que había podido hornear se desmorona, y se desmorona bien... de repente llegan otros momentos a mi mente y todo lo 'malo' que pude haber tejido se comienza a salir de las agujas a gran velocidad.
Aún tengo 'ése' escrito que leo a diario y que me hace decidir o retractarme, es como una estafeta para seguir el camino de lo que quiero en realidad y cada vez más se acerca el momento de entregarla, pero aún no sé a quién.
Han sido días de trabajo extremo, lo cual agradezco, sólo que cuando trabajo de esta manera pienso más cosas todo el tiempo y eso me revuelve las ideas gravemente.
La pregunta de la indecisión: ¿Me quedaré a ver a Omero Leyva?