lunes, 17 de noviembre de 2008

Pijamas...

Como es bien sabido por todos, mi pijama rosa de bolitas blancas es mi favorita, sin embargo, ya tiene bastante edad... para mí eso no no es ningún inconveniente para que yo la siga usando, pero mi madre desde hace un tiempo ya me había hecho el comentario -muy diplomáticamente como siempre-:
-oye ya, tira eso, está horrible, ve el pantalón cómo está-
-ay mamá, claro que no, está como nueva, aparte es mi favorita-

Hace algunos días, mientras Moby me hacía compañía y yo veía la sombra que hace mi lámpara de estrella en el techo, llega mi madre con unas bolsas y con una sonrisa me dice:
-¡mira lo que te traje!-
Sí, ahí estaban, nuevas, con etiqueta, no una, no dos, TRES!! TRES pijamas nuevas!! ahí estaban diciendo hola, mucho gusto... sabía lo que significaba eso, lo sabía perfectamente pero no podía hacer nada al respecto...

Acto seguido, mi madre toma mi pijama rosa de bolitas blancas, sí, la favorita y la mete en una bolsa mientras con una sonrisa macabra replicaba:
-¡ay qué bueno, por fin te vas a deshacer de esto, está horrible nena-
No podía dejar morir a mi pijama favorita, al menos una parte. Cuando mi madre salió saqué rápidamente la camisetita y la guardé celosamente...

Ayer debía hacer uso de una pijama, más que para dormir, para estar echando el chal con las cuatas de la prepa... finalmente mi madre me había comprado tres, podía escoger cualquier de ellas pero... tenía un problema... el punto de reunión sería en el Ajusco y las pijamas que me regalaron, todas son con camisetita (porque me encantan así). Mi madre, nuevamente hizo el comentario atinado:
-Oye, se me hace que te vas a morir de frío, ¿por qué no te compras una pijama más calientita?-
-Mamá, no manches, tengo tres pijamas nuevas, me llevo una cobija y ya-
-Ya te quiero ver, con lo friolenta que eres a ver si aguantas con las camisetitas-

Acto seguido, mi madre y yo viendo pijamas en Liverpool... Qué difícil es escoger una pijama, aparte de que son carísimas. Ninguna me gustaba, buscaba una rosa con bolitas blancas y no había, una que me encantó costaba $1250, harta yo de ver tantos animalitos y cosas propias de las pijamas, la tomé resignada a pagar esa cantidad cuando de repente... TUN TUN TUUUUN... ahí estaba, detrás de unas feas y caras pijamas, ahí estaba diciéndome llévame, estoy hecha a tu estilo y sí, no me engañó.

Pantalón rosa con cuadritos rosas y gris (quien no lo sepa es mi combinación de colores favorita), eso no era todo, se amarra de la cintura con un listoncito rosa, tiene bolsas y tiene botoncitos en medio que le dan el toque clásico de la pijama, pero no no, eso no es todo, la mejor parte: ES DE FRANELA! sí sí, así como lo leen...



La parte de arriba es una chulada, color gris (del mismo tono que el gris del pantalón), cuello en 'U' con botones en medio siguiendo la misma línea del pantalón. Todas las costuras son rosas y le ponen el toque de la combinada, tiene unos plieguecitos tan coquetos y el detallazo: un perrito rosa re coqueto también.


No lo pensé dos veces, la vi, y me la llevé... ahora me creo mucho porque tengo una pijama de franela y cuadritos como las del 'Tata'... Ahora tengo una pijama favorita, la de cuadritos rosas de franela... ahora quiero salir a la calle a lucirla... y creo también que ahora tengo una obsesión con las pijamas...



La pregunta pijamona: ¿Por qué a mi madre le preocupan tanto mis pijamas?

p.s. no se fijen mucho en la transparentosidad...

1 comentarios:

Anónimo dijo...

O sea, sí, sí, sí, está linda la pijama, pero... creo que lo primero que debes hacer es encontrar una máquina del tiempo que te lleve a la segunda mitad del siglo XIX, ahí te sentirás mejor usándola.
:D