Cuando siento que estoy nadando en gasolina, siempre llega una chispita voladora de fuego...
Las preguntas me revuelven los sentidos, todo es inexplicable... ¿En realidad las cosas pasan por algo o pasan porque sí? Últimamente me ha costado mucho más trabajo sentirme en paz, recuperar esa ligereza que me caracterizaba, algo se está moviendo, algo está cambiando, algo ya no está cuadrando...
Decisiones a la puerta, en la punta de la lengua, entre las manos... decisiones que pueden cambiar el destino final, que seguro sorprenderán... cabeza fría, corazón tibio, caliente, hirviendo.
Armonías, compases, notas, bemoles, sostenidos... sólo me falta el pentagrama... quiero caminar descalza, no mirar atrás, no escuchar nada más. Necesito movimientos veloces, respiraciones lentas.
La pregunta verdadera: ¿A quién le puedo pedir un consejo?
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