Infinitamente invisible, como una gota de río en el mar. Así me siento, grito pero nadie me escucha, corro y nadie me ve. Soy como una lágrima en el bosque, un secreto en la ciudad. La tinta que se corre y no se puede leer, soy esa llamada sin contestar, esa carta sin entregar, esos labios sin besar...
Jamás me había sentido tan transparente, tan incolora, tan insípida; es como si me hubieran metido en una cubeta con decolorante para dejarme de ver...
Soy como el polvo de un mueble viejo que con un soplido deja de existir...
Luego de una gran noche de pensamientos estúpidos, dementes y delirantes es lo único que puedo escribir, con errores sintácticos y millones de gritos ahogados en la bolsa derecha de mi pantalón...
La pregunta: ¿Qué sigue?
1 comentarios:
lo que sigue, obviamente, es echar el bailongo el viernes por "le noche" (es francés, por si no sabes nada)... y dejar que las cosas fluyan en la pista de baile mientras zapateamos hasta morir... eso sigue. nada más.
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