Sí, lo prometido es deuda, la ocasión lo amerita y lo que estoy sintiendo en este mismísimo momento hace que macleta una vez más sea la interlocutora entre la sangre y la piel...
Antes de exhalar todo lo que estoy sintiendo, describiré las maneras en que mi cuerpo reacciona ante toda este terremoto de emociones... Seré lo más descriptiva que pueda... siento como si miles de agujas se clavaran justo debajo de mis clavículas, todas al mismo tiempo, esa sensación me recorre todita, las manos no se secan. Pa´terminarla de amolar la inseguridad, las dudas y el sexto sentido nuevamente se apodera totalmente de mí... Aunque canto no dejo de pensar, no puedo, pienso todo y nada a la vez... y las manos no se secan...
Sé que debo hacerle caso a esa duda, a esa inseguridad, a ese dolor pero no no no, tal vez sólo sea yo... qué me hago, ya sé que no... Siempre (y aunque me lea muy pretensiosa) tengo la razón en esas cosas, siempre pasa lo que creo, siempre sucede lo que yo ya sé, siempre...
Malditas agujas, no se quieren salir, la respiración hace una armonía perfecta con el corazón, se entienden tan bien, eso me tensa aún más...
Ah! por cierto, odio los viernes porque... si alguien sabe por qué odio los viernes no tengo por qué explicarle a los demás...
La pregunta del viernes: ¿A qué hora se van a salir las agujas de mi cuerpo?... ¿Se van a salir?
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